jueves, 7 de marzo de 2013

La alegría impuesta

La carrera 24 con calle 19 de nuestra Bogotá, la Bogotá Humana, es un escenario que en las noches no conozco bien porque no lo frecuento a pie a esas horas.

Sin embargo hoy ha sido escenario de lo que primero que nada es un bello momento. Un grupo de jóvenes pasó junto al bus del Sitp en que me traslado a mi hogar. Aunque no los conté, creo que eran como siete.
Banderas y camisetas de su equipo de fútbol  uno de los dos históricos de la ciudad cuyo nombre prefiero omitir. Coreaban cánticos de hincha con una alegría y emoción provocadora.


Verlos ahí, jóvenes, animados por el deporte llena el interior de alegría humana, de esperanza. Pasaron la vía de sur a norte y se ubicaron en el costado oriental de la calzada. Allí continuaban sus cantos. Ninguno pareciera tener más de 25 años.

Al mirar con emoción me fije en uno de ellos quien tenía en su mano un cigarrillo. Ello no es bueno para la salud. Pero si el cigarrillo es malo como lo venden, pues alterado con otras sustancias que hacen a quien lo fuma, aspirarlo con la inhalación más profunda de lo normal y la exhalación lo más alejada de la inhalación y además en exceso lenta, me temo que la fumada era un baretazo.
Cuan preocupado quede yo al verlo, por pensar en el grave daño que se hacen; el que le hacen a sus familias; el que le hacen a la sociedad, pero en especial pensé en la barbarie del narcotráfico y recordé al escribir que en Colombia tenemos unos medios masivos que promueven soterradamente el "Camino fácil" del tráfico de drogas y que están en todas partes.

Recientemente escuche de un muchacho de doce años expulsado de un colegio privado por ser jíbaro. Pues bien, el futuro de los jóvenes depende de que sepan escoger en sus vidas. De que tengan la libertad de hacer y ser responsables con su libertad. Depende de padres atentos de sus hijos, y para ello de un Estado pendiente de las familias y sus condiciones de vida que asegure una sociedad distinta.

Si trabajas, aportas socialmente, y ello te da derecho a exigir atención y apoyo del Estado.

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