Durante una cena en la Casa de Nariño, a la cual se me hizo extensiva invitación por parte del señor presidente de la República para intercambiar opiniones sobre el proceso de paz que naturalmente respaldo, tuve la oportunidad de plantearle dos grandes preocupaciones que se relacionan con el proceso.
En primer lugar le expresé que comprendiendo las enormes distancias que existen entre la agenda que desarrolla la presidencia y la que llevamos en nuestro pliego político para el paro nacional del 17 de marzo, en todo caso un asunto resultaba muy importante respecto de nuestras reivindicaciones -Todas ellas justas sin duda-, y tal aspecto es el del cumplimiento de los acuerdos que se han pactado con sectores sociales importantes. Obviamente me refiero al acuerdo suscrito en el marco de la campaña presidencial respecto de los recargos por trabajo nocturno de una parte, y de otra, la muy sentida necesidad de los pensionados que fue tramitada con un acuerdo al seno de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales para eliminar el 8 % de aporte "patronal" para salud que actualmente aún pagan.
Es notorio que para decidir favorablemente el plebiscito u otro mecanismo, y convencer a los votantes, así como para darle seguridad tanto a la insurgencia, como al pueblo, aquel que para bien no se equivocó al empuñar las armas; es necesario que cuando el gobierno se compromete en algo, ese algo se cumpla, pues de otra manera, la gente no creerá en las decisiones del gobierno para ningún efecto, generando un lamentable antecedente sobre el acuerdo para el fin del conflicto armado.
Fue lamentable que el señor ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón haya sido quien se refirió al tema de las horas extras, frente a lo cual apuntó a señalar que las instrucciones del presidente habían sido las de intentar un acuerdo aunque fuese gradual sobre el tema, y que lametaba que sobre éste tema que se llevó al seno de la Comisión de Concertación, no hubiese habido un acuerdo.
Valga recordarle al ministro que tampoco lo hubo sobre el salario, pero que la decisión final sobre salario estuvo en armonía con los empresarios, y que sobre los recargos, debió ser por lo menos cercana a los trabajadores y a la palabra del señor presidente.
El segundo asunto al cual me referí, es el de la enorme preocupación que desata el observar que el "gerente técnico", que ganó las elecciones en Bogotá, está desbaratando muy importantes avances sociales que se han gestado durante los últimos tres mandatos -entre ellos el del propio ex ministro Garzón-, y avanza en una senda de mercantilización de derechos; y que todo ello parece ocurrir a la par que en la ciudad de Bogotá, bastión electoral estratégico en cualquier debate electoral nacional, no se habla de la paz por parte del señor alcalde, quien pareciera vivir en una isla frente al proceso en desarrollo.
Por último, al cierre del evento quise que el señor Presidente enviara un mensaje a los trabajadores estatales, especialmente del Sunet sobré porqué estar en favor de la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario