Cortesía de "El Espectador" |
Editado para segunda vuelta presidencial
¿Qué les
proponemos a los candidatos?
La gente
del común en Colombia, la clase trabajadora, independientemente de que esté
empleada o no, tiene varias cosas en que pensar.
¿Qué
queremos los trabajadores?
Política
de empleo: De una parte debe pensarse en cómo lograr una mayor incorporación laboral
por contraposición al alto desempleo que reina en Colombia, lo que no puede ocurrir
sino mediante la industrialización de la economía del país que debe tener un especial
énfasis en el terreno agro industrial, sumada a la facilidad de formalización empresarial
de pequeñas y medianas empresas que actúan informal o semi informalmente, y
mediante una decidida política de formalización del trabajo precarizado en
todas sus formas (OUT sourcing, contratos sindicales, cooperativas de trabajo
asociado, contratos de prestación de servicios, falsas filiales, etc).
Política
de trabajo decente: Grandes avances en formalización de los sectores
productivos del empresariado con muchos puestos de trabajo, solo llevarían a
aumentar la riqueza de esos sectores, si además de la formalización laboral, no
se implementa una política seria de trabajo decente tal como la concibe la OIT:
derechos en el trabajo, oportunidades de empleo, protección social y diálogo
social. Y no existe opción de que se logre una adecuada política de trabajo decente
si no existen organizaciones sindicales fuertes, de esas que en el periodo del
conflicto armado del país han sido exterminadas físicamente y mediante
políticas gubernamentales y empresariales antisindicales. Así que un candidato
que esté con los intereses de los trabajadores, debe estar empeñado en
fortalecer el sindicalismo, un sindicalismo verdaderamente representativo en
términos cuantitativos y cualitativos y lo más centralizado posible para que
sea un mejor interlocutor social.
Concretamente cualquier trabajador de este país, anhela ver aplicada una política de generación de empleo, salarios justos, adecuado sistema de seguridad social: salud con calidad y cobertura suficiente que no sea un negocio incluyendo los riesgos laborales como parte de la vida, pensiones progresivas con defensa del régimen de prima media sin deterioro de los factores actuales de cálculo y obtención del derecho, ampliación de la cobertura del sistema de pensiones y preferiblemente sin que sea un negocio de los bancos, educación pública universal, democrática, científica y de calidad y cobertura; una política inclusiva de los excluidos históricamente y oprimidos o invisibilizados como minorías (Etnias, regiones, preferencias sexuales diversas, personas con discapacidad) y muy inclusiva de la juventud y la mujer; y aunque para muchos a falta de comprensión de la oportunidad que ello representa, también con un pleno derecho a la libertad sindical (Asociación, negociación colectiva y huelga). El conjunto de cosas, es no es otra cosa que un estatuto del trabajo, ordenado por la Constitución desde 1991 y adeudado a los trabajadores por los sucesivos gobiernos de carácter regresivo.
¿Acaso
algo de ello es posible en un país con guerra? Claro que no, nuestro es consolidar
la paz.
Pero ¿quiénes
encarnan esas propuestas?
Una
aproximación a los programas de los candidatos permite ver a las claras que
quien mejor interpreta el sentir de los trabajadores y el que más respaldo
tiene por parte de ellos, es Gustavo Petro, quien no solo proviene de sectores
humildes de la sociedad, no sólo ha tenido el valor de poner en prisión a más
de 30 congresistas por nexos con paramilitares, no sólo ha sido el mejor
alcalde de Bogotá y quien logró reducir la pobreza multidimensional a mínimo
históricos, sino que además es quien ha formulado propuestas en aspectos como
la consolidación de la paz, la renovación de las fuentes energéticas de los
fósiles a alternativos amigables ambientalmente en el tiempo, la inclusión de
los excluidos con oportunidades, y en materia del mundo del trabajo es
consciente de la necesidad de establecer el estatuto del trabajo de carácter
progresista y de avanzar en la práctica en la política de trabajo decente.
¡Soy Carlos Ernesto Castañeda, y quiero que Gustavo Petro sea nuestro presidente!
Vota Petro el próximo 17 de junio.
* Presidente Nacional del SUNET y Director de Asuntos Jurídicos de la CUT Bogotá Cundinamarca. Twitter @CECastaneda
No hay comentarios:
Publicar un comentario