miércoles, 18 de julio de 2018

Contra la violencia ni un paso atrás

Compartimos el artículo escrito por Arvey Lozano S., integrante de la Junta Subdirectiva del Sunet en Palmira, Valle del Cauca, y publicado en El Diario Extra para El Valle del Cauca, en el día de hoy:

"Cada decisión tomada por la “democracia” colombiana arrasa con las esperanzas de tener un país próspero y en paz. Las arduas negociaciones de paz con las FARC  y el inicio de conversaciones con el ELN, despertaron en muchas personas un sentimiento de reconciliación y, en otros tantos, removieron el odio. La clase política colombiana que, durante más de 60 años se ha lucrado de la guerra, manteniéndola para justificar gasto militar y su corrupción asociada; al unísono, se alió con gremios económicos y medios de comunicación para hacerle creer a los ciudadanos que el único camino viable para el país es la violencia. Manipulados por “ideólogos” con vínculos con la mafia, decidieron en un referendo que la guerra era el camino. En las elecciones de Congreso y Presidencia de la República, avalaron que era necesario dinamitar y “hacer trizas” el acuerdo de paz con las FARC. Lejos de tener una conciencia por el crecimiento como país, la masa de colombianos cree que el único camino es el asesinato del otro como respuesta al futuro.
En este fragmentado  y confuso contexto, se han reagrupado bandas criminales y grupos paramilitares que asesinan, casi a diario, líderes sociales y, como para justificar el asesinato de compatriotas, servidores públicos, medios de comunicación y políticos, tildan de “guerrilleros” y “narcotraficantes” a los ciudadanos defensores de derechos humanos.  La ciudadanía incapaz de tomar decisiones libres, influenciada por los violentos, en una gran mayoría se niega a solidarizarse con las víctimas y ese silencio cómplice, legaliza el crimen como algo natural. Esa “naturalidad” con la que toman los líderes sociales, alimentan un presentimiento fatal hacia el nuevo gobierno.

Se avecina un futuro plagado de violaciones de los derechos humanos y asesinatos contra opositores al Gobierno. La única manera para tratar de conjurar ese macabro ambiente, es la protesta social. Colombia es el país de todos y no solamente de la clase corrupta.  Ni un solo paso atrás."

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