miércoles, 21 de marzo de 2012

Informe de fiscalía a la XLIX junta nacional de la CUT

Bogotá, febrero 23 de 2012
FABIO ARIAS GIRALDO, fiscal nacional de la CUT
Se desarrolla esta Junta Nacional de la CUT en medio de circunstancias internacionales   de crisis, perspectivas de recesión y grandes movilizaciones de resistencia e indignación en Europa; EEUU no se recupera de la depresión del 2008 ; los países del BRICS dan señales de recalentamiento en sus economías y en América Latina se mantienen proyectos políticos progresistas que explican cómo sus economías logran mantenerse con algún dinamismo a pesar de las difíciles consecuencias que se derivan de la crisis en Europa y EEUU.

En el plano nacional en medio de la continuidad de la aplicación del modelo neoliberal, vale resaltar que en desarrollo de la ley de restitución de tierras y reparación de víctimas el mismo presidente del país se ha colocado al frente de la movilización de las víctimas, inclusive en un sitio tan emblemático para ello como Necoclí, cuna de las Convivir en la época de la gobernación de Antioquia de Álvaro Uribe. Así mismo, se destacan las millonarias sanciones impuestas por el Ministerio del Trabajo a las compañías palmicultoras del Magdalena Medio por seguir utilizando las prohibidas CTA y a Pacific Rubiales y a varios de sus contratistas por no cumplir con las mínimas garantías y condiciones de ley en los lugares de trabajo.

De otra parte se agudiza el choque de trenes entre Santos y Uribe, representado en las reiteradas quejas de persecución política a las que alude Álvaro Uribe en sus 'trinos' para expresar su desacuerdo frente a medidas, anuncios o declaraciones del presidente Santos.

También se ve la debacle uribista frente al país por las cada vez más claras y extendidas relaciones de su otrora gobierno con los poderes de la mafia y el paramilitarismo, como se puede entrever de las escandalosas declaraciones del 'Tuso' o 'Don Mario' o las reveladoras expresiones desde la clandestinidad, huyendo de la justicia, del hoy 'comandante Ternura' y ayer Alto Comisionado de Paz doctor Luis Carlos Restrepo.

Todo lo anterior enfatiza lo equívoco de aquella  apreciación de que Santos es Uribe III, lo cual ha llevado a múltiples errores en las definiciones tácticas de las direcciones de partidos políticos y de algunas direcciones de organizaciones sociales y sindicales como la CUT. De esta manera la Izquierda civilista y democrática, en los diversos escenarios políticos y sociales,  debe jalonar los procesos de tierra, víctimas y trabajadores, así como también abanderar la lucha por la democracia aislando el paramilitarismo y la mafia.

Otra situación que atraviesa el espectro de la vida nacional es la oleada de acciones terroristas asignadas a la guerrilla, en los últimos dos meses en los departamentos de Nariño y Cauca, que ha ocasionado muertos y heridos de la población civil y múltiples daños materiales en el comercio y las residencias. Hechos que nos colocan cada vez más lejos de reales posibilidades de una solución de paz en el país.

La mayoría de los colombianos demandan el cese de la guerra y esperan que sus actores realicen las acciones encaminadas a terminar este conflicto mediante una solución negociada.

Por los lados de la economía y el empleo, si bien registran tendencias que el gobierno muestra como muy positivas, debe decirse que ellas corresponden al modelo de la 'locomotora' minero-energética, que es depredadora y no sostenible y que abandona la inversión en industria y agricultura, todo en el marco de atender los TLC, que profundizarán el atraso nacional, el desempleo y la pobreza.

Dentro de la CUT, asistimos a una profundización de la crisis de la errática dirección de la actual mayoría en el Comité Ejecutivo. A los desatinos derivados de su apreciación en la situación política hoy del país, con los correspondientes yerros en las definiciones del qué hacer, se suma el extrañísimo hecho de que el Presidente de la Central no cuenta desde hace más de un año, ni siquiera con el respaldo de quienes lo eligieron como tal, el llamado sindicalismo clasista.

Esta situación de crisis tiene sus especiales expresiones en la continua pérdida de protagonismo tanto en los escenarios nacionales como internacionales. En lo nacional llegamos tarde y  sin mayor convicción, como CUT, a los acuerdos laborales con el gobierno y los empresarios. La Central carece de mecanismos incluyentes y participativos que nos permitan coordinación y eficacia en la acción política y social. La CUT mantiene una descalificación a actores de la vida política nacional, que no corresponde a una correcta valoración de su papel político y social. La vida interna y la construcción de la estructura organizativa de sindicatos de rama, están completamente deteriorada la una y saboteada la otra.

En lo internacional no se valoran las democráticas y progresistas actuaciones tanto de la CSI como de la CSA en la lucha contra el modelo neoliberal, el dominio del capital financiero y por la defensa del trabajo decente en el planeta, representadas  muy especialmente en el acompañamiento a los trabajadores en sus movilizaciones y en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre de cada año, que recuperan así el carácter del nuevo internacionalismo  de los trabajadores, el cual, sin lugar a dudas, estará presente en la importante cita que los trabajadores del continente americano tendremos en la realización del II Congreso de la CSA en el mes de abril del presente año.

Esta crisis es el resultado lógico de un acuerdo mayoritario de gobernabilidad que ha practicado la exclusión y el sectarismo en la vida interna de la Central y  que a más de errar en el análisis de la situación coyuntural del país y el movimiento obrero, determinó sabotear las conclusiones del V Congreso de la CUT, las más representativas y las de mayor contenido para el avance de la Central, tales como la afiliación a la CSI y a la CSA, la estructura organizativa de grandes sindicatos de rama y la conveniencia de aprovechar el diálogo social para darle respuesta a los reclamos y luchas de los trabajadores y sus sindicatos.

En el próximo mes de julio se nos cumple el periodo estatutario de los comités ejecutivos tanto el nacional como el de las subdirectivas. Nuestros estatutos consagran en consideración a una racionalidad tanto de carácter económica como política un día sindical, como lo hemos llamado, para que se realicen en forma simultánea y por votación universal, las elecciones de todos los comités ejecutivos de la CUT, así como también de los delegados que por cada sindicato han de participar en el VI Congreso de la central, que deberá reunirse entre los seis meses siguientes a dicha elección.

Nuestra organización filial Fecode ha decidido convocar para el 6 de junio de 2013, la elección por votación universal de su Comité Ejecutivo. En razón de dicha fecha y atendiendo nuevamente los estatutos y criterios de racionalidad y economía, considero conveniente que la elección de los comités ejecutivos nacional y de las subdirectivas, y el de los delegados al congreso de CUT, se realicen en la fecha determinada por Fecode.

Por último, el plan de acción que aprobemos en esta Junta Nacional de la CUT, debe tener en cuenta la agenda que para este año considero abarque como las actividades más importantes:

1- Demandar del gobierno  la aplicación de una política de formalización laboral que elimine las CTA y toda intermediación laboral, y en el sector público acoja plenamente la sentencia C-614 de la Corte Constitucional de 2009, incorporando a la planta de personal todo empleo permanente.

2- La formalización laboral incorporaría en mejores condiciones a los trabajadores y será un momento adecuado para implementar una política de afiliación sindical que permita fortalecer nuestras organizaciones y la CUT.

3- Lograr la expedición de normas que garanticen la negociación colectiva en el sector público y por rama o actividad económica.

4- Desarrollar la más amplia movilización nacional social y política, con la mayor cantidad de organizaciones y personalidades, que logren desmontar la reforma pensional anunciada tanto por el gobierno como los empresarios (sector financiero).

5- Proponerle al Estado colombiano una reparación colectiva del movimiento sindical, ya anunciada en la ley de víctimas, que recupere la dignidad frente al país del sindicalismo como institución indispensable en la vida democrática nacional.