Miguel Ángel Urrego
Instituto de Investigaciones Históricas
Universidad michoacana de san Nicolás de Hidalgo
Los estudiantes colombianos hasta el inicio del Frente
Nacional cumplieron con su labor de críticos del orden social y se incorporaron
a las fracciones más radicales del bipartidismo. El liberalismo desde la
instauración de la Regeneración había intentado crear sus propias instituciones
educativas con la intensión de mantener la formación de sus cuadros políticos. Por
ello el Partido Liberal se dio a la tarea de crear sus propios centros de
enseñanza. Primero, la Universidad Externado de Colombia y, luego, la
Universidad Libre, naturalmente sin abandonar la Universidad Nacional. Esta
directriz le permitió formar los dirigentes políticos que enfrentarían al
conservatismo a partir de los años veinte.
Los estudiantes al comenzar el siglo tuvieron
una participación importante en las manifestaciones contra el zarpazo estadounidense
sobre Panamá, en la oposición a Rafael Reyes, en el rechazo a los gobiernos
conservadores y en apoyo a las protestas que adelantaban artesanos y obreros. Igualmente
impulsaron procesos de constitución de organizaciones gremiales, algunas de
carácter internacional.
El Congreso Internacional de Estudiantil
de la Gran Colombia tuvo lugar en los meses de julio y agosto de 1910. Aunque
formalmente los temas propuestos para el evento -tales como unificación de
programas universitarios, establecimiento de concurso para selección de
profesores, representaciones estudiantiles en los consejos directivos de
facultades, becas y canje estudiantil, franquicias y privilegios, adhesión a la
liga de estudiantes latinoamericanos promovida desde Montevideo y organización
de congresos periódicos- no daba lugar a la politización, la coyuntura que
vivía en continente dio pie a que las sesiones aparecieran propuestas de corte
antiimperialistas. Así por ejemplo, en la sesión del 4 de agosto los delegados Abel
Carbonel y Luis López de Mesa promovieron un acuerdo que finalmente quedó
aprobado en los siguientes términos: “Suplicar respetuosamente á los Gobiernos
y á los Pueblos de Colombia, Ecuador y Venezuela se esfuercen porque los
jóvenes que van á buscar cultivo más intenso á otras naciones escojan aquellas
que convengan mejor á esta aspiración á fin de evitar que, vueltos á sus
respectivas patrias, sirvan de puerta al progreso imperialismo -léase el estadounidense-
adversos á la independencia de estos países”.
En la misma sesión el delegado Quevedo
fue más allá al lograr que se aprobara el siguiente acuerdo: “El Congreso de
Estudiantes pide respetuosamente á los Gobiernos y á los pueblos de Colombia,
Ecuador y Venezuela que las grandes empresas nacionales como construcción de
ferrocarriles, explotación de minas, canalización de ríos, etc., etc., no se
pongan en manos de compañías constituidas por individuos imperialistas, aun
cuando por ello ocurran perjuicios económicos de relativa importancia”.
Una de las primeras expresiones del
movimiento estudiantil tuvo lugar el 16 de mayo de 1921 cuando estudiantes
antioqueños protestaron por la negativa del rector de la Universidad de
Antioquia a cumplir una ley de honores del Congreso que ordenaba colocar un
retrato del dirigente liberal Fidel Cano en el paraninfo de la universidad, la
oposición a la medida se expresó en la siguiente pregunta: "¿Cómo colocar un retrato de un liberal en el
mismo recinto que el sagrado Corazón de Jesús?". Una movilización
posterior culminó con heridos y varios muertos. El 17 los estudiantes de Bogotá
organizaron un mitin. El 19 se realizó
una huelga estudiantil de solidaridad, simultánea a otra en Medellín, que
generó la creación de la Federación de Estudiantes.
En 1928 varias movilizaciones importantes
realizaron los estudiantes. En primer lugar, la convocatoria al Tercer Congreso
de Estudiantes. Este evento se realizó en Ibagué el 3 de agosto de 1928. Dicho
Congreso se pronuncio contra las
acciones imperialistas de Estados Unidos y propuso, además, la
centralización de la universidad a través de la nacionalización de los
institutos departamentales y su incorporación a la Universidad Nacional.
Participaron en este Congreso, entre otros, Carlos Lleras Restrepo, como presidente y
delegado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional; José Francisco
Socarras, por la Facultad de Medicina de la misma institución; y Gilberto Alzate
Avendaño.
Al año siguiente tuvieron lugar una
serie de manifestaciones contra la denominada "rosca" que
administraba la ciudad y dirigía la policía. El 6 de junio de 1929 se congregó
una multitud calculada en 20.000 personas, fueron oradores Jorge Eliécer
Gaitán, Federico Lleras Acosta, Villegas y Cuervo. La protesta fue reprimida
por la policía con un saldo de 30 heridos. Al día siguiente fue asesinado por
los guardias de palacio el estudiante de derecho Gonzalo Bravo Pérez. El
entierro se convirtió en otra manifestación de protesta contra la
"rosca". Finalmente fueron destituidos de la administración: Ignacio
Renjifo, Arturo Hernández y Carlos Cortés Vargas, responsable de la Masacre de
las Bananeras. A raíz del asesinato de Bravo Pérez se conformó una Junta
Patriótica para entrevistarse con el presidente y exponerle los problemas de la
administración de la ciudad. Ese mismo día el Ministro de Gobierno desautorizó
los atropellos de la policía.
En 1938 se organizó la denominada
"huelga Estudiantil". Estudiantes de algunos colegios de secundaria y
los del curso de derecho de Bogotá decretaron el 5 de mayo la huelga contra la
revisión y denominado el preparatorio. La protesta fue respaldada por huelgas
de solidaridad en Medellín, Popayán y Tunja. El 7 se presentaron choques con la
policía que dejaron un saldo de 18 agentes heridos. El 12 del mismo mes los
estudiantes apedrearon las sedes de los periódicos El Tiempo y El Espectador.
El siguiente acontecimiento central en
la historia del movimiento estudiantil del siglo XX fue el asesinato de
estudiantes del 8 y 9 de junio de 1954. Los acontecimientos se iniciaron el 8
de junio cuando los estudiantes de la Universidad Nacional programaron una
marcha hasta el cementerio central como acto conmemorativo de las jornadas en
las cuales cayó asesinado Bravo Pérez.
Al interior de la Universidad
Nacional, en cercanía de las residencias, se presentó un enfrentamiento entre
estudiantes y policías que culminó con la muerte del estudiante Uriel
Gutiérrez. El repudio fue general y se organizó una jornada de protesta contra
la policía y el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, quien propuso a los
estudiantes nombrar una comisión para dialogar con la intensión de evitar
disturbios en el entierro del joven asesinado.
Sin embargo al día siguiente, 9 de
junio, los actos de homenaje al estudiante se transformaron en una marcha que
tomó la calle 26 y luego la carrera séptima con dirección sur. Los manifestantes
se movilizaban con la consigna de “a palacio”!. En la Avenida Jiménez el paso
les fue cerrado por el ejército y en la refriega hubo disparos. El saldo 10
estudiantes muertos. Los estudiantes volverían a la calle contra la dictadura
de Rojas Pinilla el 10 de mayo de 1957, tema que analizaremos en otro artículo.
Con la crisis desatada por La
Violencia, con el inicio del Frente Nacional, la presencia de nuevos actores
sociales y otros factores políticos y sociales se presentó una transformación
del movimiento estudiantil. En adelante, éste comenzó a servir como vanguardia
de la oposición al bipartidismo y como vocero de las nuevas ideologías
políticas, tema que ampliaremos en el siguiente artículo.