viernes, 11 de marzo de 2016

Los afanes privatizadores del alcalde Peñalosa no conocen ni prudencia ni límites.

Por
Yezid García
Ex concejal de Bogotá

¿Acaso no constituye detrimento patrimonial pagar sin necesidad una multa a la Superintendencia de Industria y Comercio por el tema de las basuras, que sale de fondos del Distrito, por valor de 20.520 millones de pesos, cuando ya la Superintendencia había suspendido el proceso coactivo porque el Consejo de Estado aceptó la demanda sobre nulidad de la multa que había interpuesto la alcaldía de la Bogotá Humana? Pero Peñalosa dice que al que no quiere caldo se le dan dos tazas. Como hubo protestas por esa absurda determinación, entonces canceló otra multa dentro del mismo proceso, por 75.000 millones correspondientes a la sanción, apelada también, al Acueducto de Bogotá. Para redondear la faena contra los fondos y los intereses públicos, la nueva gerente del Acueducto, Eva María Uribe, de ingrata recordación por sus pretensiones de privatizar EMCALI, anuncia ante el Consejo de Estado que se le va a entregar al sector privado, en concesión por 40 años, la construcción y operación de la planta Canoas, de tratamiento de las aguas del Río Bogotá.

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